Debo admitir que hubo un tiempo en el que me daba miedo hablar con R, o no quería aceptar lo que sentía. Traté de negarlo, olvidarlo... pero no hubo caso. Llegué a estar más de 2 meses sin hablarle, pero en serio, no tenía sentido. Dicen que la ausencia de una persona hace que puedas olvidarla más rápido, y es que con R ésto no funciona. Cuanto menos me habla, más sufro, cuanto más tiempo pasa, más está en mi cabeza. Y me llevó tiempo y experiencias descubrir que R no va a salir de mi vida nunca...
Gracias a él la palabra F-E-L-I-C-I-D-A-D está escrita en mi vida y, aunque a veces se borronee, de saltos, caiga, se golpee... R siempre va a estar acá para curarla, levantarla, expandirla y si hace falta... crearla. R ES FELICIDAD.
Ya estas aquí y el paso que dimos es causa y es efecto. Cruza el amor, yo cruzaré los dedos y... gracias.
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